Cómo pagar menos por la luz y por qué cuesta tanto
El pasado domingo 5 de febrero Podemos Galapagar organizó un taller sobre la pobreza energética. Este tipo de pobreza consiste en la incapacidad de los hogares de costearse la energía que necesitan. Afecta a 6 millones de hogares en España y casi 11 millones de personas, especialmente a los colectivos más débiles: mujeres, niños y personas mayores. Este problema supone al año más muertes que los accidentes de tráfico y produjo recientemente sucesos tan lamentables como la muerte de una anciana en Reus.
Para conocer de cerca las razones del problema acudieron a Galapagar los miembros del Consejo Ciudadano de C. de Madrid Carolina Alonso, Dina Dousselham y Rubén Aguilar. Las invitadas e invitado explicaron cuál es la particularidad de la energía eléctrica en España. Cuando se privatizó la electricidad en 2004 se argumentaba que la competencia en el mercado haría bajar los precios. Sin embargo, el precio de la luz ha subido mucho, y especialmente durante los años de crisis, desde el 2008 la luz ha subido un 73% y el gas un 67%. Esto sucede porque el mercado en España está controlado por cuatro grandes compañías que constituyen un oligopolio y se dedican a especular con un bien de primera necesidad. El resultado es que mientras los hogares afrontan cada vez una luz más cara, estas grandes compañías han ganado 56.000 millones de euros más desde que empezó la crisis. ¿Y por qué el Gobierno no toma medidas con estas compañías tal y como le aconseja la propia Constitución Española? Porque estas compañías tienen importantes vínculos con la clase política, y a través de las “puertas giratorias”, expresidentes como Felipe González o Aznar han hecho auténticas fortunas en sus consejos de administración.
Y hasta que consigamos que las políticas de energía cambien, ¿qué podemos hacer? Para pagar menos luz, en el taller se dieron varias recomendaciones. En primer lugar, hay que tener en cuenta que la mayoría de lo que pagamos no es en función de lo que consumimos, sino en función de la potencia contratada. Merece la pena entonces, ajustar la potencia contratada a la que gastamos, eso sí, siendo prudentes y probando con bajadas no muy grandes al principio. Un cálculo que suele servir consiste en sumar los kW de todos los aparatos eléctricos de la casa y dividirlo entre tres. En segundo lugar, se puede cambiar el tipo de tarifa, donde “PVPC” resulta ser la vía más barata; así como poner “discriminación horaria” si se tiene mucho consumo de noche. Dependiendo de la compañía (una de las grandes), si se es pensionista de más de 60 años, se tiene una potencia contratada inferior a 3kW, si es familia numerosa o se encuentran parados todos los miembros de la familia, se puede solicitar un bono social, que aplica un importante descuento del 25% en la parte de la factura relativa únicamente al consumo. Y por último, se ha de tener en cuenta que casi la mitad del consumo de luz se suele ir en calefacción, por lo que una casa mal aislada o unos medios de calefacción obsoletos pueden incrementar mucho el coste. Como ahorro puede lavarse en frío si la lavadora es moderna, instalar poco a poco luces “led”, poner techos de tela asfáltica o instalar climatizadores, para evitar tener que calentar desde cero la casa cada día.
Os dejamos algunas fotos de este día: